También acerca de la Ilustración dieciochesca, ese pronunciamiento cultural antisupersticioso por excelencia, se han fraguado supersticiones. Una de ellas asegura que los grandes ilustrados, cuyo epítome es Voltaire, persiguieron a los creyentes. No es cierto o, al menos, no lo es salvo que precisemos bien y de forma contraintuitiva los creyentes a quienes nos referimos. Porque en el sentido más acogedor del término, todos somos creyentes... en el siglo XVIII y hoy en día.... Continúa...
Un espacio para desmitificar a los dioses, a las iglesias, prelados, pastores y políticos, que nos prometen el paraíso y la salvación. Un espacio para la crítica de los dogmas y mantras religiosos y políticos, con el propósito de contribuir a edificar una sociedad más libre y racional. (Ignacio Pinacho)
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En la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte. (José Saramago. Premio Nobel de Literatura 1998)
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