... Su crítica conjugaba la contraposición entre conocimiento y fe y las derivaciones prácticas de la segunda. Asumía que sus afirmaciones en esa materia no eran originales ni sofisticadas, pero que representaban las premisas que no sólo lo alejaban de la fe, sino que promovían su combate. "Nuestra creencia no es una fe. Nuestros principios no son una fe. No confiamos exclusivamente en la ciencia y la razón, ya que estos son elementos necesarios en lugar de suficientes, pero desconfiamos de todo aquello que contradiga a la ciencia o atente contra la razón". En la anterior declaración resuenan las voces de la Ilustración, la revuelta contra las verdades reveladas, pero también un cierto desencanto -por su patente insuficiencia- con la ciencia y la razón.... Continúa...
Un espacio para desmitificar a los dioses, a las iglesias, prelados, pastores y políticos, que nos prometen el paraíso y la salvación. Un espacio para la crítica de los dogmas y mantras religiosos y políticos, con el propósito de contribuir a edificar una sociedad más libre y racional. (Ignacio Pinacho)
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En la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte. (José Saramago. Premio Nobel de Literatura 1998)
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